Me sentía muy triste y me dejé caer en el llanto; mis decepciones ahogadas salieron con orgullo, y hasta dejaron un rastro de su hazaña; el dolor que reprimía decidió seguir dicho rastro y saltar de mis ojos a un abismo alentador; las dudas, que nunca se aclararán, oyeron desde mi interior lo bueno que se sentía estar afuera y no pensaron en las consecuencias antes de salir, brillantes y llamativas; el amor, que fue olvidado, corrió sin invitación, y recordó en el camino que no la necesitaba...
...lloré, y por un buen rato dejé mis emociones bailar en un festival de lágrimas que corrían por mi rostro.
Porque me dio la gana: lloré.
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